jueves, 5 de enero de 2012

CINCO

-Rayos, ¡lo olvidé!

Me detuve en medio de la calle, aún con medio brazo dentro de la mochila y un gesto de fastidio. Me parecía casi imposible haberme olvidado mi alfajor en casa porque era casi como ponerme los pantalones antes de la ropa interior. Algo... absurdo, e imposible salir ala calle así.

Chris me observó atentamente unos pasos por delante de mi. Habíamos ido a mi casa ya que uno de los profesores faltaba y teníamos dos horas libres. Mi casa queda a unas cuadras y... Chris había insistido.

-¿No puedes comprar uno? -simplemente preguntó.

Algo en mi expresión pareció causarle gracia, porque comenzó a reírse.

-Su...supongo que sí, pero...

-Ya, ya. -Sujetó mi muñeca con algo de fuerza, alzándola a la altura de sus ojos-. Te compraré uno si no me haces llegar tarde.

Y me arrastró todo el camino hasta la escuela.

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